Capítulo VII
La tercera trompeta es tocada con devoción. Los ángeles contemplaban
los sucesos de la tierra en su pantalla mental. O de lo contrario estarían
desinformados. La NASA pegó un brinco
cuando de la nada un meteoro cae a la Tierra, la tercera parte de las fuentes
de agua son contaminadas por este meteoro llamado Ajenjo. Jehová había
explicado que el apocalipsis tuvo un error de transcripción. El apocalipsis
describe que una estrella es la que caería al mundo, pero eso no es así. Porque
una estrella es demasiado poderosa aunque sea pequeña, si cayera alguna de
estas en la Tierra el mundo se destruiría incluso antes de impactar en la
superficie. Jehová deseaba que la destrucción fuese lenta y divertida a la vez.
Destruir la tierra de un solo golpe es muy aburrido. ¿Cuántas veces la azotado con tantos catástrofes? Es un número
bastante grande.
La multitud del cielo no tardó en concentrar su atención en sus frentes. ¡Estaban tatuados! Todos sintieron un escalofrío sobre su piel. Revisaron sus brazos y frentes, escritas las palabras “YOSOY” y “NUEVAJERUSALEN” en respectivos lugares. Los niños también tenían sus frentes marcadas.
-Tranquilos todo el mundo, yo mismo los he tatuado en la piel. No se alarmen. Tiene escrito mi nombre y el nombre de mi nueva ciudad. Ahora mismo veo que tienen problemas en entender que significa. Aplicaré algo de mi magia para anular la orden divina que hice aquel día en la torre de Babel.
Aquellos hombres y mujeres de todas las edades pudieron hablar en el mismo idioma. ¿Por qué Jehová simplemente no hizo eso hace tiempo?
Una mujer buscaba a su hijo entre la multitud, su hijo tiene dieciséis años. No lo encuentra por ningún lado. Entonces se acerca a Dios y le pregunta sobre el paradero de su hijo. Dios le contesta que está en el infierno. Donde será atormentado para toda la eternidad. Sin ninguna escapatoria. El semblante de la madre palideció. Por supuesto que la felicidad de poder ir al paraíso junto con Dios es el destino más hermoso pero disfrutar todo eso sin su querido hijo Jasón. En su mente imagina su futuro adorando una y otra vez a Jehová. Mientras Jasón asustado es torturado por criaturas monstruosas. Tal vez mientras ella disfruta comiendo una manzana de sabor dulce su hijo es atragantado por aguas amargas. Tal vez mientras ella corretea entre leones sin que le hagan daño, su hijo Jasón es atacado por gusanos inmortales. Todo este panorama le causó un pánico de tal magnitud. Inclina su cabeza y suplica nuevamente a Jehová.
-¡Salva a Jasón! No lo dejes en ese lugar. Es solo un niño. Él nunca lastimó a nadie. Nunca me faltó al respeto. Siempre se preocupó por todos sus amigos-la madre no contuvo las lágrimas.
-No. El ya tiene la edad para saber que hacía con su vida. No creyó en mi existencia. Era ateo. Y sólo por eso merece el mismo veredicto que todos los asesinos y violadores del mundo. No te aflijas, con el tiempo te olvidarás de él y vivirás junto a mí para siempre.
Esas palabras causaron un eco de dolor en la mente de la madre. Se desploma en frente de todo el mundo. Ángeles le auxilian inmediatamente. La madre que siempre despertaba pregunta por su hijo una y otra vez. El daño de su mente era tal que se convenció que su hijo estaba en algún lugar del paraíso. Donde decidió buscarlo. Si es que alguna vez le encontraba le abrazaría y le diría que le ama.
Una de las mentes más brillantes de la humanidad presencia la escena de la madre. Isaac Newton, el hombre que dedujo la teoría de la gravedad. Usa la toga blanca que le dieron en el trono de Dios. A velocidad que un hombre corriente no entendía, Newton comienza a preguntarse cosas, como naturalmente lo hace un científico de su calibre. Comprendió que el apocalipsis por fin estaba ocurriendo y que la fecha era de un 2017. Muy cercano al pronóstico que hizo mientras vivía. Observa toda la multitud de ropas blancas. Y contempla con sus ojos a Dios. A quién intentó entender por medio de las leyes que rige la naturaleza. Murió siendo ya anciano, con más de ochenta años de edad. Su atención fue a la madre en quién sintió mucha simpatía, aunque no tuvo valor para acercársele. Piensa en las siguientes gigantes catástrofes que atosigarán a la Tierra. Un tal Remo se le acerca y aconseja que se vayan al paraíso. Jehová se encargará del resto. Newton se niega a irse y desea ver con sus ojos.
Nuevamente la voz de Dios se elevó entre la multitud de ángeles en el cielo.
-Toquen la cuarta trompeta.
Un ángel de cara radiante prepara sus pulmones (¿misma anatomía humana?)
El sonido del instrumento reverbera en el cielo y en la Tierra.
El sol es reducido a su tercera parte para que la luz ilumine en solo la tercera parte del día. La luna y las estrellas sufrieron el mismo destino. Newton sintió una piedra en su mente. ¿Eso no es físicamente imposible? ¿Por qué a las estrellas del firmamento? Su luz se encuentra tan lejos que prácticamente no aporta ninguna iluminación en la superficie. Además la luna se encarga de reflejar el sol no es un astro que ilumine. Y si Dios quisiese reducir la luz del día lo único que tiene que hacer es usar un objeto celeste para crear una sombra en la Tierra. También había otras opciones pero requerían de romper muchas leyes de la naturaleza. Newton aglomeraba más preguntas y con la conclusión de que Dios siempre las incumple. ¿De qué sirve las leyes del universo impuestas por su creador si él mismo tiene la costumbre de nunca seguirlas? Entonces una idea muy pequeña surge y jamás se despegaría de la mente de newton. Dios está fuera de las reglas. Lo que significa que él las cumple o incumple a su capricho. ¿Qué tan segura está la humanidad con un Dios que siempre….inventa sus reglas…y luego se regodea de quebrantarlas?
Fernando era un hombre de edad muy joven y muy impetuoso. Recorre largas cordilleras por el paraíso, sabía que las personas apenas estaban llegando pero no daba en hallar a alguien. Su historia es bastante pintoresca. Vivió la mayor parte de su vida negando la existencia del creador que cuando llega el momento de su juicio, propone una apuesta con Jehová. Sorprendentemente Jehová acepta.
-Esto es la mala leche, Jehová me transporta en medio de la nada. Al menos estoy en el paraíso. Convencer al creador no fue tan difícil. Mejor sigo caminando… ¿Qué es eso?-
Un grupo de personas rodeaban una clase de esfera de tamaño considerable. Parecía flotar porque no tocaba el suelo. Pregunta a uno de esos extraños hombres.
-No lo sabemos. Pero uno de nosotros vio hace poco a un ángel colocarlo justo aquí. Si te fijas bien, al tocarla con tus manos eres capaz de ver lo que sucede en la Tierra.
Fernando cuidadosamente coloca su mano e inmediatamente su visión cambia. Mira a la Tierra en un completo caos. Fuerzas militares despliega sus naves por el mundo. Los océanos tienen sangre. Los ríos parecen tener una apariencia imbebible. El sol y la luna no parecen ser las mismas de siempre. ¿Qué es todo esto?
-Son evidentemente las profecías del apocalipsis. ¿No lo sabías?-
-No. Cuando morí no sucedía nada de esto. Tampoco creo haber escuchado el sonido de las trompetas.
-Ja ja ja, es gracioso. ¿Cuándo moriste?-
-En el 2017. ¿Cuánto tiempo ha pasado?-
-Sigue siendo el mismo año. Que interesante, moriste justo en el mismo día del Armagedón.
-Dios no me dijo nada.
-¿cuál es tu nombre?-
-Fernando.
-¿Fernando? Ese es tu nombre de la tierra. ¿Donde está la marca de tu frente? Debiste haber recibido una piedra blanca con un nuevo nombre. El mío por ejemplo, es Jikilo.
-Tengo que objetar que Dios no es un genio poniendo nombres. Pero estoy aquí por otra cosa.
La conversación fue interrumpida cuando uno de sus compañeros de al lado grita ¡La quinta trompeta! ¡Miren!
Una clase de meteoro surge del cielo, cae en la tierra. El impacto causa grietas en el suelo. Entre la estrechez de las grietas sube humo corrompido. Una apariencia de langosta con corona, colas de escorpiones y un ángel del “abismo”. Los hombres se defienden con sus armas pero ineficaces frente a las criaturas mencionadas. Si ellos están maldecidos con las plagas del apocalipsis. ¿Quién puede salvarlos?
Las imágenes de esta tortura se extenderían por cinco meses enteros. Fernando aparta su atención en otras personas. ¿Dónde está su familia y amigos? Revisa de uno a uno. Felizmente comprueba que la mitad están en el paraíso, pero los demás no tuvieron la misma suerte. Usa esa esfera para ver a hombres que admiraba. Pensó en científicos de todas las materias. Albert Einstein. Extrañamente también estaba en el cielo. Robert Boyle, Antoine Lavoisier y muchos más. Había varias mentes de alto calibre en el paraíso. ¿Qué pensaran ellos de todo esto? La tentación le llevó hasta Isaac Newton. Lo ve apoyado en una pared rocosa. Quizás pensaba en algo. Fernando paladeó con tener una conversación con él. Justo en ese momento dos ángeles aparecen. Luchaba el uno contra el otro. Fernando se percata de que Newton decide esconderse en la cueva que tiene a su alcance. El ángel de mayor envergadura le asesta un poderoso golpe en la nuca a su enemigo alado. El otro ángel no se queda corto, sujeta la cabeza de su contrincante y le golpea en la cara con su rodilla. Cae de bruces contra el suelo. Mientras el otro ángel sorprendido de luchar a la misma altura con un ángel más poderoso que él revuelve algo entre sus ropas. Se acerca a la cueva y tira muchos rollos de manuscritos.
El ángel de gigantes alas se levanta del suelo masajeando su rostro y dice:
-Eseniel, te dijimos que no podías venir aquí.
Simplemente el otro ángel no contesta y vuela a una gran velocidad alejándose de la cueva. El gigante de alas encendido de ira va en su busca dejando solo a Newton.
Ya Isaac estando convencido de que estaba seguro. Toma los rollos y extiende el manuscrito en el suelo. Las hojas se separaban en capítulos, algunas ostentaban ciertos títulos como “Satán el adversario de Dios”.
Fernando excitado como Newton creía haber dado con algo gordo. Newton no se hizo esperar y comenzó con su lectura. Fernando no puede leer las letras. Impaciente “deseó estar ahí junto a Newton”. La esfera parece responder a su deseo y Fernando es transportado.
Frente a frente estaban ambos hombres. Newton cubre los rollos con sus manos queriendo evitar mirones. Fernando toma unos minutos antes de estar consciente de lo que ha pasado.
-Newton.
-¿cómo sabes quién soy?-
-En mi época…en mi época eres una de las figuras más representativas de la ciencia. He visto tu fotografía demasiadas veces como para no reconocerlo. Es un verdadero placer conocerte.
-Veo que no estás interesado en…olvídalo no es nada.
Fernando sonríe.
-Si te refieres a los rollos que dejó ese ángel te digo que es de mi interés. Yo vi todo lo que pasó.
-¿Cómo?-
-Sería muy confuso explicarlo justo ahora. Pero mi consejo es que nos vayamos de inmediato. Ese manuscrito tiene una importancia demasiado grande, parece que los ángeles lo están buscando. Debemos hallar un sitio diferente para leerlo sin preocuparnos de ser descubiertos.
No tardaron en llevar a cabo su tarea. No tenían forma de saber el tiempo. No existe ninguna lumbrera en el cielo para alumbrar en el día. Y es muy probable que no exista la noche en esa clase de lugares. Caminaban por unas montañas que se alzaban a cinco mil metros.
-¿Fernando, verdad? Por cierto no debes llamarme Newton. Mi nombre nuevo es Sacril.
-¿Bromeas? Sería un plagio no llamarte por tu nombre famoso.
-Hay algo que no entiendo todavía. No tienes una marca en la frente como yo.
-Solo los elegidos del paraíso tienen esos tatuajes. Yo desafortunadamente no soy ninguno de ellos. Dios me condenó al infierno.
-¿Y como llegasteis aquí?-
-Una apuesta.
Newton se detiene perplejo.
-Explícate.
-Jehová me acusa por dudar de su existencia. No fui un creyente como todos los demás. Justo antes del veredicto le hice una propuesta sobre el paraíso. Nuestra apuesta llevará a dos resultados posibles. Si él gana, mi castigo será cinco veces más grande de lo normal. Pero si yo gano, él me dejará en paz. Mi papel es observar los acontecimientos del paraíso, para comprobar quién de nosotros dos ganará la apuesta.
-Fernando. Me sorprende que fueses incrédulo. Pero una apuesta para posponer tu castigo no es suficiente para salvarte. Debes estar consciente de que él puede ver el futuro.
-No. Si Jehová gana mi apuesta beneficiará por completo a la humanidad. Pero debido a su temperamento de dios es posible que él no lo consiga. Pero si yo gano tendremos una perspectiva tan diferente del universo. No lo hago para mi supervivencia. Se trata de una paradoja. En ese día todos los hombres y mujeres entenderán algo importante.
Newton entrecierra sus ojos, Fernando recibe cada palabra con mucha tensión.
-¿De qué trata esa apuesta?-
-Lo siento. Uno de los requisitos de nuestra apuesta es no revelarla hasta el resultado.
El viento acariciaba el rostro de ambos hombres. Newton llega hasta un sendero que era frecuentado por mujeres. La sorpresa le embriaga de alegría. Una pequeña comunidad de mujeres de todas las edades sonríen las unas a las otras. Ambos hombres fueron recibidos con mucha cortesía. Newton se alimenta, baila y conoce la historia de cada una de ellas. Fernando decide pasar su tiempo a solas para leer el manuscrito. Newton seguía cavilando sobre lo que pasó en el trono. Cuando el ángel Remo y Miguel obliga a muchos a habitar el paraíso. Seguro que los cinco meses de la quinta trompeta serán suficientes para tomar su respiro. Pero a pesar de toda la felicidad a su alcance vino a su recuerdo aquella madre. ¿Qué habrá sucedido con ella? Como si la pregunta mereciese respuesta, aquella misma mujer aparece a los ojos de Newton.
Asombrado por esa coincidencia, mira la sonrisa fresca y contagiosa de ella. Ahora esa persona era completamente feliz. Newton completamente interesado le pregunta por su nombre.
-Salla
-Bien. Salla. ¿Cómo te encuentras?-
- ¡Obviamente feliz! Estoy en el paraíso.
Newton muy contento está satisfecho con ese cambio. Dios debió resolverlo. Esto contradecía la apuesta de Fernando. Como un hombre acostumbrado de debatirse en peleas intelectuales intentó buscar a Fernando para restregárselo en la cara. Pero antes de hacerlo, le pregunta a la madre.
-¿Dónde está Jasón?-Newton piensa que Dios se compadeció de la madre y su hijo está por alguna parte del paraíso.
La mujer algo confundida responde que no conoce a esa persona.
Newton alarmado le explica que Jasón es su hijo. Incluso estuvo presente cuando ella se desmayó frente a todo el mundo.
-Lo siento señor, pero creo que está confundió. Nunca he tenido un hijo en toda mi vida.
Cuando Newton termina la conversación disculpándose cosa muy rara en él. Camina apresuradamente buscando a Fernando. ¿Ella olvidó la existencia de su hijo Jasón? ¿Esa es la solución de Jehová? No puede ser.
Cinco minutos después de rodear un campo de manzanos fija la vista en el hombre que estaba leyendo junto a uno de los arboles. Al acercarse un viento golpea las ramas dejando caer una manzana al suelo. Newton sintió como si fuese aquel día en la tierra, aquella vez que por fin elaboró la idea de la gravedad. Fernando levanta la cabeza de los papeles.
-¿Newton? ¿Qué te sucede?-
-Dame los primeros capítulos, los leeré todos.
Esto es uno de los libros guardados en la biblioteca celestial. Cada archivo narra una historia lo mas cronológica posibles desde la formación de los planetas y estrellas.
Archivo 1.7 Confusión.
La multitud del cielo no tardó en concentrar su atención en sus frentes. ¡Estaban tatuados! Todos sintieron un escalofrío sobre su piel. Revisaron sus brazos y frentes, escritas las palabras “YOSOY” y “NUEVAJERUSALEN” en respectivos lugares. Los niños también tenían sus frentes marcadas.
-Tranquilos todo el mundo, yo mismo los he tatuado en la piel. No se alarmen. Tiene escrito mi nombre y el nombre de mi nueva ciudad. Ahora mismo veo que tienen problemas en entender que significa. Aplicaré algo de mi magia para anular la orden divina que hice aquel día en la torre de Babel.
Aquellos hombres y mujeres de todas las edades pudieron hablar en el mismo idioma. ¿Por qué Jehová simplemente no hizo eso hace tiempo?
Una mujer buscaba a su hijo entre la multitud, su hijo tiene dieciséis años. No lo encuentra por ningún lado. Entonces se acerca a Dios y le pregunta sobre el paradero de su hijo. Dios le contesta que está en el infierno. Donde será atormentado para toda la eternidad. Sin ninguna escapatoria. El semblante de la madre palideció. Por supuesto que la felicidad de poder ir al paraíso junto con Dios es el destino más hermoso pero disfrutar todo eso sin su querido hijo Jasón. En su mente imagina su futuro adorando una y otra vez a Jehová. Mientras Jasón asustado es torturado por criaturas monstruosas. Tal vez mientras ella disfruta comiendo una manzana de sabor dulce su hijo es atragantado por aguas amargas. Tal vez mientras ella corretea entre leones sin que le hagan daño, su hijo Jasón es atacado por gusanos inmortales. Todo este panorama le causó un pánico de tal magnitud. Inclina su cabeza y suplica nuevamente a Jehová.
-¡Salva a Jasón! No lo dejes en ese lugar. Es solo un niño. Él nunca lastimó a nadie. Nunca me faltó al respeto. Siempre se preocupó por todos sus amigos-la madre no contuvo las lágrimas.
-No. El ya tiene la edad para saber que hacía con su vida. No creyó en mi existencia. Era ateo. Y sólo por eso merece el mismo veredicto que todos los asesinos y violadores del mundo. No te aflijas, con el tiempo te olvidarás de él y vivirás junto a mí para siempre.
Esas palabras causaron un eco de dolor en la mente de la madre. Se desploma en frente de todo el mundo. Ángeles le auxilian inmediatamente. La madre que siempre despertaba pregunta por su hijo una y otra vez. El daño de su mente era tal que se convenció que su hijo estaba en algún lugar del paraíso. Donde decidió buscarlo. Si es que alguna vez le encontraba le abrazaría y le diría que le ama.
Una de las mentes más brillantes de la humanidad presencia la escena de la madre. Isaac Newton, el hombre que dedujo la teoría de la gravedad. Usa la toga blanca que le dieron en el trono de Dios. A velocidad que un hombre corriente no entendía, Newton comienza a preguntarse cosas, como naturalmente lo hace un científico de su calibre. Comprendió que el apocalipsis por fin estaba ocurriendo y que la fecha era de un 2017. Muy cercano al pronóstico que hizo mientras vivía. Observa toda la multitud de ropas blancas. Y contempla con sus ojos a Dios. A quién intentó entender por medio de las leyes que rige la naturaleza. Murió siendo ya anciano, con más de ochenta años de edad. Su atención fue a la madre en quién sintió mucha simpatía, aunque no tuvo valor para acercársele. Piensa en las siguientes gigantes catástrofes que atosigarán a la Tierra. Un tal Remo se le acerca y aconseja que se vayan al paraíso. Jehová se encargará del resto. Newton se niega a irse y desea ver con sus ojos.
Nuevamente la voz de Dios se elevó entre la multitud de ángeles en el cielo.
-Toquen la cuarta trompeta.
Un ángel de cara radiante prepara sus pulmones (¿misma anatomía humana?)
El sonido del instrumento reverbera en el cielo y en la Tierra.
El sol es reducido a su tercera parte para que la luz ilumine en solo la tercera parte del día. La luna y las estrellas sufrieron el mismo destino. Newton sintió una piedra en su mente. ¿Eso no es físicamente imposible? ¿Por qué a las estrellas del firmamento? Su luz se encuentra tan lejos que prácticamente no aporta ninguna iluminación en la superficie. Además la luna se encarga de reflejar el sol no es un astro que ilumine. Y si Dios quisiese reducir la luz del día lo único que tiene que hacer es usar un objeto celeste para crear una sombra en la Tierra. También había otras opciones pero requerían de romper muchas leyes de la naturaleza. Newton aglomeraba más preguntas y con la conclusión de que Dios siempre las incumple. ¿De qué sirve las leyes del universo impuestas por su creador si él mismo tiene la costumbre de nunca seguirlas? Entonces una idea muy pequeña surge y jamás se despegaría de la mente de newton. Dios está fuera de las reglas. Lo que significa que él las cumple o incumple a su capricho. ¿Qué tan segura está la humanidad con un Dios que siempre….inventa sus reglas…y luego se regodea de quebrantarlas?
Fernando era un hombre de edad muy joven y muy impetuoso. Recorre largas cordilleras por el paraíso, sabía que las personas apenas estaban llegando pero no daba en hallar a alguien. Su historia es bastante pintoresca. Vivió la mayor parte de su vida negando la existencia del creador que cuando llega el momento de su juicio, propone una apuesta con Jehová. Sorprendentemente Jehová acepta.
-Esto es la mala leche, Jehová me transporta en medio de la nada. Al menos estoy en el paraíso. Convencer al creador no fue tan difícil. Mejor sigo caminando… ¿Qué es eso?-
Un grupo de personas rodeaban una clase de esfera de tamaño considerable. Parecía flotar porque no tocaba el suelo. Pregunta a uno de esos extraños hombres.
-No lo sabemos. Pero uno de nosotros vio hace poco a un ángel colocarlo justo aquí. Si te fijas bien, al tocarla con tus manos eres capaz de ver lo que sucede en la Tierra.
Fernando cuidadosamente coloca su mano e inmediatamente su visión cambia. Mira a la Tierra en un completo caos. Fuerzas militares despliega sus naves por el mundo. Los océanos tienen sangre. Los ríos parecen tener una apariencia imbebible. El sol y la luna no parecen ser las mismas de siempre. ¿Qué es todo esto?
-Son evidentemente las profecías del apocalipsis. ¿No lo sabías?-
-No. Cuando morí no sucedía nada de esto. Tampoco creo haber escuchado el sonido de las trompetas.
-Ja ja ja, es gracioso. ¿Cuándo moriste?-
-En el 2017. ¿Cuánto tiempo ha pasado?-
-Sigue siendo el mismo año. Que interesante, moriste justo en el mismo día del Armagedón.
-Dios no me dijo nada.
-¿cuál es tu nombre?-
-Fernando.
-¿Fernando? Ese es tu nombre de la tierra. ¿Donde está la marca de tu frente? Debiste haber recibido una piedra blanca con un nuevo nombre. El mío por ejemplo, es Jikilo.
-Tengo que objetar que Dios no es un genio poniendo nombres. Pero estoy aquí por otra cosa.
La conversación fue interrumpida cuando uno de sus compañeros de al lado grita ¡La quinta trompeta! ¡Miren!
Una clase de meteoro surge del cielo, cae en la tierra. El impacto causa grietas en el suelo. Entre la estrechez de las grietas sube humo corrompido. Una apariencia de langosta con corona, colas de escorpiones y un ángel del “abismo”. Los hombres se defienden con sus armas pero ineficaces frente a las criaturas mencionadas. Si ellos están maldecidos con las plagas del apocalipsis. ¿Quién puede salvarlos?
Las imágenes de esta tortura se extenderían por cinco meses enteros. Fernando aparta su atención en otras personas. ¿Dónde está su familia y amigos? Revisa de uno a uno. Felizmente comprueba que la mitad están en el paraíso, pero los demás no tuvieron la misma suerte. Usa esa esfera para ver a hombres que admiraba. Pensó en científicos de todas las materias. Albert Einstein. Extrañamente también estaba en el cielo. Robert Boyle, Antoine Lavoisier y muchos más. Había varias mentes de alto calibre en el paraíso. ¿Qué pensaran ellos de todo esto? La tentación le llevó hasta Isaac Newton. Lo ve apoyado en una pared rocosa. Quizás pensaba en algo. Fernando paladeó con tener una conversación con él. Justo en ese momento dos ángeles aparecen. Luchaba el uno contra el otro. Fernando se percata de que Newton decide esconderse en la cueva que tiene a su alcance. El ángel de mayor envergadura le asesta un poderoso golpe en la nuca a su enemigo alado. El otro ángel no se queda corto, sujeta la cabeza de su contrincante y le golpea en la cara con su rodilla. Cae de bruces contra el suelo. Mientras el otro ángel sorprendido de luchar a la misma altura con un ángel más poderoso que él revuelve algo entre sus ropas. Se acerca a la cueva y tira muchos rollos de manuscritos.
El ángel de gigantes alas se levanta del suelo masajeando su rostro y dice:
-Eseniel, te dijimos que no podías venir aquí.
Simplemente el otro ángel no contesta y vuela a una gran velocidad alejándose de la cueva. El gigante de alas encendido de ira va en su busca dejando solo a Newton.
Ya Isaac estando convencido de que estaba seguro. Toma los rollos y extiende el manuscrito en el suelo. Las hojas se separaban en capítulos, algunas ostentaban ciertos títulos como “Satán el adversario de Dios”.
Fernando excitado como Newton creía haber dado con algo gordo. Newton no se hizo esperar y comenzó con su lectura. Fernando no puede leer las letras. Impaciente “deseó estar ahí junto a Newton”. La esfera parece responder a su deseo y Fernando es transportado.
Frente a frente estaban ambos hombres. Newton cubre los rollos con sus manos queriendo evitar mirones. Fernando toma unos minutos antes de estar consciente de lo que ha pasado.
-Newton.
-¿cómo sabes quién soy?-
-En mi época…en mi época eres una de las figuras más representativas de la ciencia. He visto tu fotografía demasiadas veces como para no reconocerlo. Es un verdadero placer conocerte.
-Veo que no estás interesado en…olvídalo no es nada.
Fernando sonríe.
-Si te refieres a los rollos que dejó ese ángel te digo que es de mi interés. Yo vi todo lo que pasó.
-¿Cómo?-
-Sería muy confuso explicarlo justo ahora. Pero mi consejo es que nos vayamos de inmediato. Ese manuscrito tiene una importancia demasiado grande, parece que los ángeles lo están buscando. Debemos hallar un sitio diferente para leerlo sin preocuparnos de ser descubiertos.
No tardaron en llevar a cabo su tarea. No tenían forma de saber el tiempo. No existe ninguna lumbrera en el cielo para alumbrar en el día. Y es muy probable que no exista la noche en esa clase de lugares. Caminaban por unas montañas que se alzaban a cinco mil metros.
-¿Fernando, verdad? Por cierto no debes llamarme Newton. Mi nombre nuevo es Sacril.
-¿Bromeas? Sería un plagio no llamarte por tu nombre famoso.
-Hay algo que no entiendo todavía. No tienes una marca en la frente como yo.
-Solo los elegidos del paraíso tienen esos tatuajes. Yo desafortunadamente no soy ninguno de ellos. Dios me condenó al infierno.
-¿Y como llegasteis aquí?-
-Una apuesta.
Newton se detiene perplejo.
-Explícate.
-Jehová me acusa por dudar de su existencia. No fui un creyente como todos los demás. Justo antes del veredicto le hice una propuesta sobre el paraíso. Nuestra apuesta llevará a dos resultados posibles. Si él gana, mi castigo será cinco veces más grande de lo normal. Pero si yo gano, él me dejará en paz. Mi papel es observar los acontecimientos del paraíso, para comprobar quién de nosotros dos ganará la apuesta.
-Fernando. Me sorprende que fueses incrédulo. Pero una apuesta para posponer tu castigo no es suficiente para salvarte. Debes estar consciente de que él puede ver el futuro.
-No. Si Jehová gana mi apuesta beneficiará por completo a la humanidad. Pero debido a su temperamento de dios es posible que él no lo consiga. Pero si yo gano tendremos una perspectiva tan diferente del universo. No lo hago para mi supervivencia. Se trata de una paradoja. En ese día todos los hombres y mujeres entenderán algo importante.
Newton entrecierra sus ojos, Fernando recibe cada palabra con mucha tensión.
-¿De qué trata esa apuesta?-
-Lo siento. Uno de los requisitos de nuestra apuesta es no revelarla hasta el resultado.
El viento acariciaba el rostro de ambos hombres. Newton llega hasta un sendero que era frecuentado por mujeres. La sorpresa le embriaga de alegría. Una pequeña comunidad de mujeres de todas las edades sonríen las unas a las otras. Ambos hombres fueron recibidos con mucha cortesía. Newton se alimenta, baila y conoce la historia de cada una de ellas. Fernando decide pasar su tiempo a solas para leer el manuscrito. Newton seguía cavilando sobre lo que pasó en el trono. Cuando el ángel Remo y Miguel obliga a muchos a habitar el paraíso. Seguro que los cinco meses de la quinta trompeta serán suficientes para tomar su respiro. Pero a pesar de toda la felicidad a su alcance vino a su recuerdo aquella madre. ¿Qué habrá sucedido con ella? Como si la pregunta mereciese respuesta, aquella misma mujer aparece a los ojos de Newton.
Asombrado por esa coincidencia, mira la sonrisa fresca y contagiosa de ella. Ahora esa persona era completamente feliz. Newton completamente interesado le pregunta por su nombre.
-Salla
-Bien. Salla. ¿Cómo te encuentras?-
- ¡Obviamente feliz! Estoy en el paraíso.
Newton muy contento está satisfecho con ese cambio. Dios debió resolverlo. Esto contradecía la apuesta de Fernando. Como un hombre acostumbrado de debatirse en peleas intelectuales intentó buscar a Fernando para restregárselo en la cara. Pero antes de hacerlo, le pregunta a la madre.
-¿Dónde está Jasón?-Newton piensa que Dios se compadeció de la madre y su hijo está por alguna parte del paraíso.
La mujer algo confundida responde que no conoce a esa persona.
Newton alarmado le explica que Jasón es su hijo. Incluso estuvo presente cuando ella se desmayó frente a todo el mundo.
-Lo siento señor, pero creo que está confundió. Nunca he tenido un hijo en toda mi vida.
Cuando Newton termina la conversación disculpándose cosa muy rara en él. Camina apresuradamente buscando a Fernando. ¿Ella olvidó la existencia de su hijo Jasón? ¿Esa es la solución de Jehová? No puede ser.
Cinco minutos después de rodear un campo de manzanos fija la vista en el hombre que estaba leyendo junto a uno de los arboles. Al acercarse un viento golpea las ramas dejando caer una manzana al suelo. Newton sintió como si fuese aquel día en la tierra, aquella vez que por fin elaboró la idea de la gravedad. Fernando levanta la cabeza de los papeles.
-¿Newton? ¿Qué te sucede?-
-Dame los primeros capítulos, los leeré todos.
Esto es uno de los libros guardados en la biblioteca celestial. Cada archivo narra una historia lo mas cronológica posibles desde la formación de los planetas y estrellas.
Archivo 1.7 Confusión.
Pasó mucho tiempo después del diluvio. Los animales se
reprodujeron hasta habitar toda la tierra de nuevo. Noé tuvo muchas
descendencias teniendo sus encuentros con su esposa. Incluso se vio a veces un
poco de incesto para facilitar una superpoblación a escala mundial. Nadie sabe
como es que al final de todo hubo tantas razas distintas de la otra en tan poco
tiempo, y solo proveniente de una familia. Podemos suponer que Jehová usó magia
nuevamente y resolvió el asunto. Pero en ese entonces la gente hablaba un solo
idioma. Así que todo el mundo se entendía sin ninguna dificultad. En aquel
páramo los hombres totalmente vigorosos propusieron construir una torre.
Querían que fuese tan alta que alcanzara el cielo. Aunque eso es obviamente
imposible. A solo unas cuantas alturas el nivel de oxigeno, la temperatura,
viento, estructura de materiales, poca tecnología no llegarían a ser una hazaña
real. Ni siquiera podrán construir un edificio que representara una centésima
de la altura desde la superficie. Es una empresa simplemente absurda. Pero los
hombres no lo sabían, así emprenden un monumental esfuerzo cooperativo. Jehová
si sabía estos factores. Bastaba con que no hiciera absolutamente nada y la
humanidad fracasaría como es de esperarse. Pero su vena agria se hinchó de ira
y decidió inspeccionar la actividad de los hombres. Obviamente haría una jugarreta para impedir su construcción,
viese lo que viese.
Lucifer yacía sentado en medio de una cueva, esperando algo. Han pasado siglos desde que vio a Dios. Por fin unos ángeles le buscan.
-Queridos compañeros, me agrada su visita.
-Lucifer, perdón interrumpir tu hábito de ermitaño.
En tanto tiempo de soledad, la belleza del portador de luz no ha decaído ni corrompido su semblante. Paciente como siempre escucha una noticia que no le impresiona.
-Jehová ha vuelto a rondar por entre los hombres. Pensamos que algo le interesa y nos preocupa que resulte en una catástrofe.
-¿Dónde está Miguel?-
-No lo sé.
-¿Dónde está Gabriel?-
-No sé quién es.
-¿Qué dicen los ángeles?-
-Que necesitamos ayuda.
Lucifer por fin abre los ojos y con voz tranquila trata el tema que ha estado esperando.
-Pasé mucho tiempo intentado averiguar qué es exactamente el diluvio. Ustedes seguro conocen la historia. Noé, el arca, los animales, etc.
El ángel agacha la cabeza un poco avergonzado.
-Yo recuerdo tu rostro. Hace tiempo me acusaste de ser simplemente Satán. A pesar de que desconocías todos los hechos.
-Si, pero Jehová me aseguró que tu eres el enemigo.
-Jehová no dijo nada de eso en ningún momento. Lo que hizo aquél día es simplemente un juicio con preguntas especificas. Tu llegaste a la conclusión tal cual porque era suficiente en inculparme.
-Si, pero nosotros no…-
-Déjame pasar a algo más importante. El diluvio cobró la vida de todos los hombres que estaban fuera del arca. ¿Qué hicieron todos ustedes?-
Con voz sin ningún peso argumental balbucea.
-Jeho…vá dijo que el co…razón hu…ma…no es siempre el…mal-
-¡Pues soy los sirviente más perfecto que existe! Dios erradica a los hombres y vosotros os quedáis sin hacer nada.
-¿pero qué hay de ti? Lucifer ¿Qué hiciste para salvarlos?-
-No hice nada. Para saber si ustedes por fin tenían el valor de confrontar a Dios sobre asuntos de valores morales. Pero no hicieron nada. ¡Ustedes esperan que yo haga todo el trabajo! ¿Acaso vuestra conciencia no tiene remordimientos? ¿No sintieron nada cuando los animales se ahogaban? ¿Qué culpa tiene los animales del “mal camino de los hombres”? ¿Por que dejan que sean metidos en un saco junto con los que lo merecen? ¿Acaso si Jehová de repente destruye una ciudad con fuego ustedes no harán nada al respecto? ¿Aprueban todas las decisiones del creador? Si de repente ejecuta una masacre. ¿Qué harán? O si de repente un día arrasa con criaturas que transmite enfermedades ¿Qué harán ustedes? ¿Se sentarán y aplaudirán sus acciones? O que tal si de repente él un día decide destruir la tierra con…un clase de batalla divina (Armagedón) ¿qué harán? ¿Ejecutarán sus órdenes felizmente?
El ángel de alas blancas se desploma débil antes esas acusaciones y grita:
-¡Ya basta! ¡Lo sé! ¡Lo sé! No lo soporto. Muchos de los nuestros han estado teniendo las mismas dudas. Si los ángeles, todos nosotros le plantáramos cara a Jehová podríamos obligarlo.
-No. Aunque todos nosotros luchásemos juntos, no podríamos ganarle. Esto no es una batalla de poder, ahí Jehová tiene todas las de ganar. Solo podremos ganar con inteligencia. Hay un dicho. Que si te enfrentas a un adversario que te supera en fuerza entonces convéncelo en arenas de inteligencia.
-Pero Jehová es omnisciente. Lo sabe todo.
-Eso yo pensaba también.
-Lucifer… ¿qué quieres decir?-
-Conozco de muy buena fuente (Miguel) que Jehová no lo sabe todo. Te tengo una pregunta de monumental importancia. ¿Para qué existe Dios?
El ángel con ojos vidrioso responde atropelladamente.
-Porque sin él nada de esto habría existido. La forma en que funciona el universo, el agua, el río.
-Alto.
Lucifer expresa una decepción muy grande, pero se anima nuevamente.
-Bien, escúchame. No importa cuánto te cueste, pero quiero que te imagines por un momento que Jehová cambia de opinión y en aquel gran día decide no crear nada. Piensa en la pregunta. En ese momento dios no es un creador. ¿Para qué existe Dios? ¿Cómo sabía que él era mismo un dios que podía crear? ¿De dónde obtuvo su conocimiento? ¿Quién o qué creó a Dios? ¿Qué razones podrían haber para que un dios de repente creara cosas que no necesita? ¿Porque le molestaba estar solo en el vacío o porque no soportaba hablarse a sí mismo? ¿Cómo funciona todo si Jehová no ha hecho ningún universo? ¿Qué era exactamente esa existencia?
El ángel asombrado ante preguntas que no imaginaba. Decide reflexionar por primera vez. ¿La existencia de Dios explica por completo todo esta realidad? Un dios increado…un universo creado. Algo no encajaba.
-Es difícil.
-Lo sé. Tampoco es algo para cualquiera.
El ángel nuevamente plantea la pregunta.
-Lucifer, ¿nos ayudarás?-
-Con una condición.
-¿Cuál?-
-Cuando yo converse con el creador deberán secundarme si opinan lo mismo que yo. Eso hará que Jehová no ignore nuestra petición.
-Hablaré con ellos.
Lucifer se prepara en visitar la tierra nuevamente.
Mientras los hombres recogían los bloques de ladrillos para su gran torre, Jehová estaba entre ellos observando.
-Uf, pásame ese ladrillo.
-Toma.
El hombre lo coloca sobre la pared.
-Llevamos meses en nuestro proyecto y parece que nos falta mucho para alcanzar el cielo.
-Sí. Necesito terminar cuanto antes para regresar con mi familia. Oye, ¿no te has preguntado si existen los dioses?
-Algunas veces. ¿Qué pasaría si ese dios nos amenazara con destruir nuestra torre?-
-Diría que es una locura. Basta con que nos diga que abandonemos nuestro proyecto. Es un dios después de todo. Él lo tiene todo a sus anchas. Poder, inmortalidad, conocimiento y el libre albedrío de hacer lo que quiera.
-Tengo que repetirlo. Siento que nuestra torre por muy alta que sea no llegará hasta allá arriba.
-Es cierto. Tal vez deba hablar con nuestros compañeros para convencerlos en dejar esta empresa que tanto tiempo nos ha costado.
Justo en ese momento Jehová usa poder mágico para reestructurar las neurona de los hombres. Aquellas imágenes que poderosamente se asociaban con palabras, aquéllos significados lingüísticos son alteradas en cada cerebro. El lenguaje tan diferente en ellos los confundió.
Todos los hombres aunque no tenían razones para alejarse solo por un lenguaje distinto decidieron separarse. Si permanecieran juntos, sus hijos terminarían aprendiendo los otros lenguajes. Aprender otro idioma no es algo demasiado difícil ni imposible. Seguro que entre años y años esos hombres volverían a encontrar un lenguaje común entre ellos. Pero Jehová deseaba que se separaran, así rompiendo el libre albedrío los obliga en sus corazones. Todos los hombres y sus mujeres se dispersaron por el planeta tierra.
Jehová observa a la torre, satisfecho de que nunca será construida. Extrañamente el propósito es impedir que los humanos lleguen al cielo, pero las civilizaciones del futuro lograron construir múltiples edificios gigantescos que superan esa torre de “babel”. Pero eso lo veremos en otro momento.
-Jehová. ¿Qué hiciste?-
-Lucifer.
El creador estaba demasiado complacido consigo mismo, no había razones para enfadarse.
-Estos hombres construían un edificio que llegara hasta el cielo. Lo que hice para detenerlos es dispersar lenguajes para confundirlos. Fue brillante de mi parte.
Lucifer no tarda en responder.
-¿Por qué le detuviste?-
-Para que abandonaran la idea de llegar al cielo.
-Tu objetivo es que no lleguen al cielo. ¿Ellos podrían lograrlo solo con esa torre?-
-Bueno, no podrían.
-¿Entonces qué razones habrían de intervenir?-
-Querían llegar al cielo. Eso era suficiente.
-¿Y si los hombres desearan llegar hasta las estrellas del firmamento? ¿O a algunos de esos planetas vacíos que hicisteis?-
-No lo sé. Pero su papel es quedarse aquí en la Tierra. Aquí lo tienen todo.
-No es totalmente cierto. Tú y yo sabemos que este planeta tiene un límite de tiempo. No es eterno. A menos que mágicamente quebrantes tus leyes de nuevo para extender su tiempo.
-Bueno, acaso no tienen agua, sol, etc. Todo lo que necesitan en este planeta.
-Pero no es eterno. Si deseas que tengan todo lo que necesiten aquí ¿Por qué no hiciste el planeta Tierra para que exista infinitamente desde el principio?
Jehová observa a las estrellas por un momento sin responder. Lucifer vuelve a hablar.
- Si tanto deseabas la compañía humana porque no estás junto a ellos.
-Pero lo estoy.
-No, Jehová. Hablarles como lo hacemos nosotros. Sin ser invisible.
-¿Pero qué me dices Lucifer?-
Lucifer piensa que la conversación parece no llevar a ningún lado y saca el tema del que quería tratar con Jehová.
-Tu solución de múltiples lenguajes creará demasiados problemas en el mundo. ¿No crees que eso conllevará a guerras entre humanos?-
Jehová reflexiona un poco. Como si por primera vez las palabras de Lucifer surtieran efecto. El corazón de Lucifer se acelera y espera ansiosamente la respuesta.
-Tienes razón.
Jehová sonríe y excitado grita:
-Tienes razón, Lucifer ¡Guerras! Los humanos comenzaran con guerras. ¿Por qué no se me ocurrió eso hace tiempo? Tengo que volver al cielo y observar a los hombres como lo hacen.
Lucifer está completamente espantado por la repentina felicidad del creador y retorcida forma de entender el mundo ¿Pero que se supone que debe hacer?
Fin del archivo 1.7, biblioteca celestial.
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Lucifer yacía sentado en medio de una cueva, esperando algo. Han pasado siglos desde que vio a Dios. Por fin unos ángeles le buscan.
-Queridos compañeros, me agrada su visita.
-Lucifer, perdón interrumpir tu hábito de ermitaño.
En tanto tiempo de soledad, la belleza del portador de luz no ha decaído ni corrompido su semblante. Paciente como siempre escucha una noticia que no le impresiona.
-Jehová ha vuelto a rondar por entre los hombres. Pensamos que algo le interesa y nos preocupa que resulte en una catástrofe.
-¿Dónde está Miguel?-
-No lo sé.
-¿Dónde está Gabriel?-
-No sé quién es.
-¿Qué dicen los ángeles?-
-Que necesitamos ayuda.
Lucifer por fin abre los ojos y con voz tranquila trata el tema que ha estado esperando.
-Pasé mucho tiempo intentado averiguar qué es exactamente el diluvio. Ustedes seguro conocen la historia. Noé, el arca, los animales, etc.
El ángel agacha la cabeza un poco avergonzado.
-Yo recuerdo tu rostro. Hace tiempo me acusaste de ser simplemente Satán. A pesar de que desconocías todos los hechos.
-Si, pero Jehová me aseguró que tu eres el enemigo.
-Jehová no dijo nada de eso en ningún momento. Lo que hizo aquél día es simplemente un juicio con preguntas especificas. Tu llegaste a la conclusión tal cual porque era suficiente en inculparme.
-Si, pero nosotros no…-
-Déjame pasar a algo más importante. El diluvio cobró la vida de todos los hombres que estaban fuera del arca. ¿Qué hicieron todos ustedes?-
Con voz sin ningún peso argumental balbucea.
-Jeho…vá dijo que el co…razón hu…ma…no es siempre el…mal-
-¡Pues soy los sirviente más perfecto que existe! Dios erradica a los hombres y vosotros os quedáis sin hacer nada.
-¿pero qué hay de ti? Lucifer ¿Qué hiciste para salvarlos?-
-No hice nada. Para saber si ustedes por fin tenían el valor de confrontar a Dios sobre asuntos de valores morales. Pero no hicieron nada. ¡Ustedes esperan que yo haga todo el trabajo! ¿Acaso vuestra conciencia no tiene remordimientos? ¿No sintieron nada cuando los animales se ahogaban? ¿Qué culpa tiene los animales del “mal camino de los hombres”? ¿Por que dejan que sean metidos en un saco junto con los que lo merecen? ¿Acaso si Jehová de repente destruye una ciudad con fuego ustedes no harán nada al respecto? ¿Aprueban todas las decisiones del creador? Si de repente ejecuta una masacre. ¿Qué harán? O si de repente un día arrasa con criaturas que transmite enfermedades ¿Qué harán ustedes? ¿Se sentarán y aplaudirán sus acciones? O que tal si de repente él un día decide destruir la tierra con…un clase de batalla divina (Armagedón) ¿qué harán? ¿Ejecutarán sus órdenes felizmente?
El ángel de alas blancas se desploma débil antes esas acusaciones y grita:
-¡Ya basta! ¡Lo sé! ¡Lo sé! No lo soporto. Muchos de los nuestros han estado teniendo las mismas dudas. Si los ángeles, todos nosotros le plantáramos cara a Jehová podríamos obligarlo.
-No. Aunque todos nosotros luchásemos juntos, no podríamos ganarle. Esto no es una batalla de poder, ahí Jehová tiene todas las de ganar. Solo podremos ganar con inteligencia. Hay un dicho. Que si te enfrentas a un adversario que te supera en fuerza entonces convéncelo en arenas de inteligencia.
-Pero Jehová es omnisciente. Lo sabe todo.
-Eso yo pensaba también.
-Lucifer… ¿qué quieres decir?-
-Conozco de muy buena fuente (Miguel) que Jehová no lo sabe todo. Te tengo una pregunta de monumental importancia. ¿Para qué existe Dios?
El ángel con ojos vidrioso responde atropelladamente.
-Porque sin él nada de esto habría existido. La forma en que funciona el universo, el agua, el río.
-Alto.
Lucifer expresa una decepción muy grande, pero se anima nuevamente.
-Bien, escúchame. No importa cuánto te cueste, pero quiero que te imagines por un momento que Jehová cambia de opinión y en aquel gran día decide no crear nada. Piensa en la pregunta. En ese momento dios no es un creador. ¿Para qué existe Dios? ¿Cómo sabía que él era mismo un dios que podía crear? ¿De dónde obtuvo su conocimiento? ¿Quién o qué creó a Dios? ¿Qué razones podrían haber para que un dios de repente creara cosas que no necesita? ¿Porque le molestaba estar solo en el vacío o porque no soportaba hablarse a sí mismo? ¿Cómo funciona todo si Jehová no ha hecho ningún universo? ¿Qué era exactamente esa existencia?
El ángel asombrado ante preguntas que no imaginaba. Decide reflexionar por primera vez. ¿La existencia de Dios explica por completo todo esta realidad? Un dios increado…un universo creado. Algo no encajaba.
-Es difícil.
-Lo sé. Tampoco es algo para cualquiera.
El ángel nuevamente plantea la pregunta.
-Lucifer, ¿nos ayudarás?-
-Con una condición.
-¿Cuál?-
-Cuando yo converse con el creador deberán secundarme si opinan lo mismo que yo. Eso hará que Jehová no ignore nuestra petición.
-Hablaré con ellos.
Lucifer se prepara en visitar la tierra nuevamente.
Mientras los hombres recogían los bloques de ladrillos para su gran torre, Jehová estaba entre ellos observando.
-Uf, pásame ese ladrillo.
-Toma.
El hombre lo coloca sobre la pared.
-Llevamos meses en nuestro proyecto y parece que nos falta mucho para alcanzar el cielo.
-Sí. Necesito terminar cuanto antes para regresar con mi familia. Oye, ¿no te has preguntado si existen los dioses?
-Algunas veces. ¿Qué pasaría si ese dios nos amenazara con destruir nuestra torre?-
-Diría que es una locura. Basta con que nos diga que abandonemos nuestro proyecto. Es un dios después de todo. Él lo tiene todo a sus anchas. Poder, inmortalidad, conocimiento y el libre albedrío de hacer lo que quiera.
-Tengo que repetirlo. Siento que nuestra torre por muy alta que sea no llegará hasta allá arriba.
-Es cierto. Tal vez deba hablar con nuestros compañeros para convencerlos en dejar esta empresa que tanto tiempo nos ha costado.
Justo en ese momento Jehová usa poder mágico para reestructurar las neurona de los hombres. Aquellas imágenes que poderosamente se asociaban con palabras, aquéllos significados lingüísticos son alteradas en cada cerebro. El lenguaje tan diferente en ellos los confundió.
Todos los hombres aunque no tenían razones para alejarse solo por un lenguaje distinto decidieron separarse. Si permanecieran juntos, sus hijos terminarían aprendiendo los otros lenguajes. Aprender otro idioma no es algo demasiado difícil ni imposible. Seguro que entre años y años esos hombres volverían a encontrar un lenguaje común entre ellos. Pero Jehová deseaba que se separaran, así rompiendo el libre albedrío los obliga en sus corazones. Todos los hombres y sus mujeres se dispersaron por el planeta tierra.
Jehová observa a la torre, satisfecho de que nunca será construida. Extrañamente el propósito es impedir que los humanos lleguen al cielo, pero las civilizaciones del futuro lograron construir múltiples edificios gigantescos que superan esa torre de “babel”. Pero eso lo veremos en otro momento.
-Jehová. ¿Qué hiciste?-
-Lucifer.
El creador estaba demasiado complacido consigo mismo, no había razones para enfadarse.
-Estos hombres construían un edificio que llegara hasta el cielo. Lo que hice para detenerlos es dispersar lenguajes para confundirlos. Fue brillante de mi parte.
Lucifer no tarda en responder.
-¿Por qué le detuviste?-
-Para que abandonaran la idea de llegar al cielo.
-Tu objetivo es que no lleguen al cielo. ¿Ellos podrían lograrlo solo con esa torre?-
-Bueno, no podrían.
-¿Entonces qué razones habrían de intervenir?-
-Querían llegar al cielo. Eso era suficiente.
-¿Y si los hombres desearan llegar hasta las estrellas del firmamento? ¿O a algunos de esos planetas vacíos que hicisteis?-
-No lo sé. Pero su papel es quedarse aquí en la Tierra. Aquí lo tienen todo.
-No es totalmente cierto. Tú y yo sabemos que este planeta tiene un límite de tiempo. No es eterno. A menos que mágicamente quebrantes tus leyes de nuevo para extender su tiempo.
-Bueno, acaso no tienen agua, sol, etc. Todo lo que necesitan en este planeta.
-Pero no es eterno. Si deseas que tengan todo lo que necesiten aquí ¿Por qué no hiciste el planeta Tierra para que exista infinitamente desde el principio?
Jehová observa a las estrellas por un momento sin responder. Lucifer vuelve a hablar.
- Si tanto deseabas la compañía humana porque no estás junto a ellos.
-Pero lo estoy.
-No, Jehová. Hablarles como lo hacemos nosotros. Sin ser invisible.
-¿Pero qué me dices Lucifer?-
Lucifer piensa que la conversación parece no llevar a ningún lado y saca el tema del que quería tratar con Jehová.
-Tu solución de múltiples lenguajes creará demasiados problemas en el mundo. ¿No crees que eso conllevará a guerras entre humanos?-
Jehová reflexiona un poco. Como si por primera vez las palabras de Lucifer surtieran efecto. El corazón de Lucifer se acelera y espera ansiosamente la respuesta.
-Tienes razón.
Jehová sonríe y excitado grita:
-Tienes razón, Lucifer ¡Guerras! Los humanos comenzaran con guerras. ¿Por qué no se me ocurrió eso hace tiempo? Tengo que volver al cielo y observar a los hombres como lo hacen.
Lucifer está completamente espantado por la repentina felicidad del creador y retorcida forma de entender el mundo ¿Pero que se supone que debe hacer?
Fin del archivo 1.7, biblioteca celestial.
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Mss.